(Nota: Tarea 5 de la asignatura Los discursos de la Ciencia en la esfera pública en el S. XXI)
EL HOMBRE NUNCA LLEGÓ A LA LUNA
Si hay una teoría de la conspiración por excelencia, esa tiene que ser la teoría de que el hombre nunca pisó la Luna en 1969 y que el alunizaje del Apolo 11, fue un montaje.
Lo increíble de esta teoría es el alcance que tuvo, ha tenido y sigue teniendo.
Más de medio siglo después, es una teoría que "continúa en vigor" incluso habiendo nacido en una época en la que no existían las TIC (la puerta de entrada principal de noticias falsas, bulos y teorías en la actualidad) e incluso en una época en la que en España solo unos pocos tenían televisor.
Y es que ha perdurado en el tiempo de tal forma que generaciones posteriores, como la mía, la hemos escuchado en un momento u otro (y hasta tenemos algún conocido que, digamos, no la descarta completamente), con documentales, libros e investigaciones actuales tanto de un "bando" como del otro.
Pero, ¿qué hubiera ocurrido de haberse originado hoy en día? Lo que ocurre con la información digital es, sin duda, la enorme velocidad con la que se transmite, pero, de igual forma, las reacciones también son inmediatas. Luego, en mi opinión, en realidad "el problema" es la "inmortalidad" que alcanza esa información, la perpetuidad que Internet proporciona es lo que afianza tanto lo falso como lo real haciendo que ambas posturas convivan en la red de redes, para siempre y que, supongo, mantiene con vida a las teorías de la conspiración antiguas.
Es curioso que algunos de los principales difusores de la teoría fueran profesionales y expertos en sus campos como, por ejemplo, Bill Kaysing, antiguo empleado de una empresa de la NASA que, además, fue el padre de la teoría con su libro, Nunca fuimos a la Luna. Otros que apoyaron la teoría fueron expertos en fotografía, periodistas, etc.,
El hecho de que personas con conocimientos y educación validen teorías o mitos, en mi opinión, aporta solidez a la teoría y, quizás, en ciertas personas pueda ejercer algún tipo de influencia que la convierte en más plausible que si, en cambio, fuera apoyada por personas sin estudios y en el caso de esta teoría, además, fueron muchos los argumentos de carácter científico que proponen para apoyarla como, el hecho de que la bandera ondee cuando en la Luna no hay viento, la situación de las sombras de los astronautas, la ausencia de estrellas, etc.,
Además de los motivos científicos, otro de los motivos en los que se fundamenta esta teoría es la carrera espacial que practicaban Estados Unidos y la URSS en plena Guerra Fría en busca de la superioridad tecnológica, afán que Rusia, hoy en día, ha orientado a su haber armamentístico (palabras mayores), ostentación que muchos apuntan a esa "baja autoestima" que Rusia parece sufrir y que puede que sirva para voltear de nuevo hacia la teoría del montaje estadounidense.
Las informaciones falsas, aunque se intenten refutar, pueden quedar arraigadas en las personas de tal forma que modifican conductas, desde negarse a la vacunación, como con la investigación de Andrew Wakefield sobre las vacunas y el autismo que provocó una corriente de rechazo a la vacunación con consecuencias importantes, hasta cambiar la intención de voto, etc.,
La persona que recibe la noticia falsa, el bulo o la teoría conspirativa ya tiene el germen, ya tiene la siembra de la duda... Es por esto que ahora más que nunca es fundamental educar desde la infancia para que los ciudadanos dispongan de herramientas con las que poder identificar mensajes fraudulentos.
Bandera que ondea y sombra mal ubicada. Fuente: National Geographic España |