martes, 16 de abril de 2024

Reflexión personal

(Nota: Tarea 1 de la asignatura Los discursos de la Ciencia en la esfera pública en el S. XXI)

En primer lugar, me gustaría comentar que la tarea me ha servido para analizar con perspectiva mi reciente inmersión en el mundo de la divulgación científica.

Y es que el mundo empresarial, del que yo vengo, no está considerado, generalmente, dentro del marco de la ciencia, acotado más a temas de salud, biología y tecnología y, por ello, mi conocimiento sobre la divulgación o el periodismo científico eran nulos.

La razón por la que me animé a inscribirme en el máster fueron varias. Desidia laboral (algo parecido a lo que Pere Estupinyà relata sobre su trabajo en la prevención de riesgos) fruto de una agobiante rutina y de un puesto de trabajo sin evolución y sin proyección alguna que, a su vez, me llevó a un "agarrotamiento" generalizado en el que las horas eran días y los días meses, encontré en este curso una forma con la que poder salir del bucle y que, además, podía relacionar con un interés que tenía de niña que era escribir y con el que también desarrollar, en cierta forma, mi parte más creativa. 

Ahora, casi terminando el primer año y después de, no lo voy a negar, haber sufrido bastante con el proceso, puedo decirme a mí misma que estoy satisfecha y orgullosa, y esa tristeza y desidia poco a poco han ido desapareciendo. Enfocándome en aprender, mis sentidos ya no se orientaban a regocijarme en la amargura y los resultados obtenidos me han animado a seguir aportando el máximo. 

Cuando empecé no sabía lo que era un paper ni tenía claro exactamente qué era la divulgación científica y, como nota muy general, debo decir que me ha impresionado la cantidad de obstáculos y problemas que sufre el medio. 

Además de existir ciertas discrepancias respecto a lo que se considera divulgación científica o periodismo y quiénes son los que mejor la llevan a cabo (científicos o periodistas), los medios utilizados parecen también competir entre sí. 

Estas problemáticas, siendo totalmente honesta, me han abrumado. 

Por un lado, la disparidad de opiniones respecto a qué fuente es la más adecuada para comunicar ciencia es algo que aún me resulta confuso, pero que, por otro lado, puedo entender. Sin embargo, por lo que parece, esto solo se circunscribe al ámbito de la ciencia, ya que creo no haber oído críticas ante un periodista de economía, uno especializado en política o un periodista deportivo al que no se le reprocha que no sea uno de los jugadores.

Como decía, sí puedo entender que se pida que la divulgación la realicen los propios científicos para evitar los sesgos de información, pero es algo muy complicado para ellos, sobre todo si pensamos en los propios investigadores que se ven obligados a realizar la divulgación en su tiempo libre. Por ello, algo que parece que está generalizado, es que los grandes divulgadores científicos deben aparcan la investigación en pro de la divulgación.

Por otro lado, analizando, superficialmente, distintos canales de divulgación científica, es incuestionable el papel que actualmente juegan los medios digitales. Y es que de acuerdo con la última encuesta de FECYT sobre la percepción social de la ciencia, Internet es la primera fuente de información científica para los jóvenes, donde, en mi opinión, existe ya cierta saturación.

Por último, los riesgos que presenta el mundo digital como medio de comunicación son mayúsculos. El fácil acceso a la difusión de la información le resta, a su vez, contraste y hay que tener en cuenta que los mensajes en Internet pueden llegar a cientos y miles de personas en un abrir y cerrar de ojos, fenómeno que, además, me aterra.

Con todo esto, siendo, por lo tanto, realista, veo difícil que pueda dedicarme a la comunicación científica como divulgadora o periodista, pero quizás sí formando parte de la red de comunicación institucional, más, en concreto, dentro de la Red de Museos Científicos Españoles con un enfoque más interactivo y en la que pienso que sí se puede palpar de primera mano esa comunicación bidireccional con la sociedad que, aunque si bien es algo ya establecido, gracias al medio digital, deja de ser orgánico algo que, en mi opinión, posee un carácter especial.

 

Museo nacional de historia de Londres. Imagen de uso gratuito